miércoles, 27 de noviembre de 2013

Mochima y el encuentro con los delfines (en el Caribe!)

Al bajar de la Sabana, se hizo sentir el calor, bien caliente, como debe ser en el Caribe, sólo que faltaba para llegar al mar!
Tratamos de hacer el camino lo más rápido posible pero tuvimos que pasar unos cuantos días en Puerto Ordaz, para tratar de arreglar nuestra computadora, llevar a Chico al veterinario y un sin fin de cosas. El calor y la falta de un buen lugar donde ubicarnos nos espantó.
Finalmente llegamos al caribe una tarde. La primera impresión fue de desilusión. El agua no era cristalina y el paisaje lejos estaba del paraíso. En cambio, esa parte de la costa es árida, semi-desértica y sus pobladores, que viven principalmente de la pesca artesanal, son muy pobres. Lo más grave era que se notaba la falta de agua. Todas las casitas tenían un tanque de plástico gigante en la puerta, que a todas vistas se transportaba. O sea que ahí el agua corriente no existía.
Igualmente nos bajamos apenas pudimos y nos metimos al agua! Ahí la sensación empezó a cambiar... el agua estaba tibia y además no había olas, el mar era una pileta gigante todo para nosotros y parecía que se flota más fácil!
Esa tarde llegamos a Mochima, Parque Nacional que nos habían recomendado mucho y que consta de varias islas. El pueblito en su orilla, es un muy ordenado y limpio. Los niños juegan en la calle hasta pasada la media noche y ahí el Chico encontró unos cuantos amigos. Además tiene una de las mejores panaderías de la costa!
Nosotros dormimos frente a Inparques, el ente que controla los Parques Nacionales en Venezuela, y a la mañana siguiente nos organizamos con mochilas y carpa, además de 20 litros de agua, y nos fuimos a pasar unos días a Manare, una de las islas de Mochima.

Manare, Parque Nacional Mochima

En el camino a la isla, pasamos por un santuario de delfines, lugar donde los delfines van a recrearse con sus crías. Los lancheros hacen un silbido especial y ahí estos bichos geniales aparecen nadando en la estela que deja la lancha. Se los ve de todos los tamaños, pero es muy emocionante ver a los chiquititos acompañados de sus papás. Mucha gente va a Mochima sólo para presenciar ese espectáculo, que a nosotros nos tocó de yapa o ñapa como dicen en Venezuela.


En la isla nos quedamos unos cuantos días, en compañía de Rubí y Nico, nuevos amigos que estaban de luna de miel y nos acompañaron desde ahí en adelante, una buena parte del trayecto por el Oriente Venezolano.
Las incomodidades no podían ser pocas en ese paraíso: a la falta de agua dulce para bañarnos (¡sólo teníamos para tomar y había que racionarla!) se sumó a que unas ratitas nos comieron el pan y que el fondo de la isla era un basurero! Pero la buena onda de los “venecos” nos entró al instante y ya el segundo día teníamos viajes gratis a tierra para reponer provisiones y los pescadores de la isla nos regalaron pescado para nuestra parrillita.


Aprovechamos para hacer snorkel todo lo que pudimos. La visibilidad era muy buena y conocimos mucha de la fauna del lugar. Hasta nos pinchamos con espinas de erizos. A veces un pez muy grande pasaba por abajo y daba un poco de miedo, aunque nos aseguraron que en esa zona no hay tiburones. La supuesta prueba es que delfines y tiburones no comparten hábitat, pero cuando uno está en el agua, a varios metros de la costa y ve un pez enorme, la racionalidad queda para otro momento!


Al tercer día las ganas de un buen baño (de agua dulce) nos corrió de la languidez de la que gozamos en la isla y decidimos volver a pisar tierra firme, esta vez con dos ocupantes nuevos en la Kangoo.

1 comentario:

  1. Si.. Sucre es uno d los estados venezolanos mas abandonados del país. En cuanto al hecho d flotar más fácil, creo q obedece a la cantidad d sal, hace q los cuerpos se vuelvan más livianos en relación al agua :) ..

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