Quince días después de entrar por el Mato Grosso, LatinoameriKangoo entraba nuevamente a Brasil, esta vez por el rico estado de Paraná. Más despiertos, sellamos nuestra entrada en la ciudad de Guaira y nos aseguramos 90 días de estadía.
Nuestro anhelo era llegar a la afamada capital de Paraná: Curitiba. Sin embargo, no había apuro, pues teníamos que atravesar todo el estado de Oeste a Este (unos 700 kms) hasta llegar allá. Tomándonos el viaje con calma y disfrutando de la ruta, manejamos 220 kms hasta Campo Mourao, ciudad mediana ubicada en el corazón de Paraná. Sin mucho que hacer, caminamos un rato sin rumbo por la moderna ciudad, y nos establecimos en una Petrobras para pasar la noche. Esta era la primer experiencia de dormir en una estación de servicio, pero no tuvimos historia en estacionarnos entre los grandes camiones, cocinar y comer unos fideos, bañarnos y conciliar el sueño. Fue interesante sentirse tan seguros, como si los grandes (camiones) cuidaran de su hija menor, la Kangoorita!
A la mañana siguiente, fue despertarse para seguir viaje, atravesando un camino serrano, en buen estado y con geniales vistas hasta llegar a Candido de Abreu (Paraíso das Serras). Este pequeño pueblo serrano nos hospedaría esa noche, ya que la lluvia no nos permitió seguir adelante. Así, fue en una ancha vereda al lado de un supermercado en donde estacionamos y pasamos la noche. Otra experiencia en lo público que venía a seguir derribando mitos. Al día siguiente, no encontramos mucho para hacer, entonces retomamos la ruta. Candido de Abreu: No conocimos tu esencia pero sos parte de este viaje. No te olvidaremos!
Después de unos 300 kms, apareció Curitiba, y una vez más, no teníamos donde pasar la noche. Al ser una ciudad grande y por ende peligrosa, decidimos no arriesgar durmiendo en la calle, y por primera vez en todo el viaje, fuimos a un hostel. Nos vino bien dormir ahi y nos sirvió para recargar pilas después de dos días en la ruta. También nos dió la posibilidad de conectarnos con Juliano via Couchsurfing para dormir la siguiente noche. Recorrimos Curitiba, ciudad conocida por su planeamiento urbano con gran cantidad de espacios verdes y por su sistema de transporte. El transporte es conocido por ser de los más eficientes y avanzados del mundo, sin embargo logramos comprobar que ya nada es como al principio, pues fue planeado hace 20 años atrás, la ciudad duplicó sus habitantes y hoy en día está algo colapsado. Con Juliano y André (compañero de cuarto) solo nos quedamos una noche, ya que al otro día teníamos que estar en Morretes. De todos modos, prometimos volver a vernos, lo que más adelante se haría realidad.
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