sábado, 15 de diciembre de 2012

Tres días en la vida de los Cogumelo

Dejamos la Fazenda San Francisco en el Pantanal para llegar 200 kms después a Campo Grande, capital del Estado de Mato Grosso do Sul. Ahí buscaríamos extender nuestra estadía en Brasil, ya que el oficial de turno en Ponta Porá la había limitado a solo 15 días, que se estaban agotando. Nuestra aventura en Campo Grande resultaría mucho más interesante y divertida que una simple renovación burocrática. Entramos a la ciudad cuando caía la tarde y con la misma pregunta de siempre: ¿A donde dormimos? Con esa incertidumbre de entrar a una ciudad grande sin lugar donde pasar la noche, frenamos por ahí en una estación de servicio ante el clásico de Inés "necesito ir al baño". Mientras la esperaba pasa un pelilargo y me dice: "Oi, tudo bom?". Lo miro y la cara me sonaba, pero no sabía de donde. En eso me acuerdo que Joao había acampado 2 días en el mismo camping que nosotros en Bonito, una semana atrás, y con el cual solo habíamos intercalado holas y chaus. Cabe aclarar que Campo Grande es una ciudad de 1 millón de habitantes, de un tamaño parecido al de Córdoba. Entonces ¿cuales son las chances de encontrarse con esa persona ahi? Sin duda que hubo algo que nos hizo estar ahí y en ese momento. Cuando logramos salir del asombro, le dijimos: "estamos acá viendo donde dormir". Acto seguido, nos invitó a su casa, sin saber que ese día conoceríamos una de las familias más locas y copadas que nos tocará conocer.

En una casa mediana viven por lo menos 11: madre, padre y 6 hijos, una de las cuales tenía su marido y dos hijos más. La familia Cogumelo, como se hacen llamar, es una autentica familia hippie que, sin ningún problema, le abrieron las puertas a estos dos argentinos viajeros. Ellos si que saben de viajeros: la familia entera pasó 5 años recorriendo casi todos los estados de Brasil arriba de su bicicleta. Mamá, Papá y hasta los hijos de 10 años pedaleando por los más recónditos lugares de Brasil.


En la casa, mientras planean su próxima gira, viven su vida relajada y descontracturadamente: el de 12 años cocina para todos; la de 18 limpia la casa entera; todos son artesanos; juegan en la vereda con los vecinos; y Mae Xica (de unos 50 años, madre y capitana del equipo) no duda en encender un porro de gran porte dos veces al día para disfrutar con sus hijos mayores. La próxima aventura será pedalear 3500 km desde Campo Grande hasta Jericoacoara, en la otra punta de Brasil. Allí estarán todos, hasta los nietos de 1 y 3 años. La odisea empieza en Diciembre y terminará cuando lleguen a destino, por lo menos 3 meses más tarde. De película!!


En este contexto transcurrieron 3 días increíbles, viendo las cosas desde otro lado y compartiendo con ellos una experiencia inolvidable. Comida abundante, muchas historias, amor y lecciones para siempre (más una bandera de Brasil de regalo). De la extensión de nuestra estadía, nada, nos quisieron cobrar 70 reales a cada uno. De acá! Dijimos: salgamos a Paraguay (que nos queda de paso a Curitiba) y entremos de nuevo, para que se nos renueve la estadía. Allá fuimos, dejando el Mato Grosso do Sul y sus historias atrás, pero bien adentro nuestro!


2 comentarios:

  1. Excelente relato! No se olviden de pasar por Jericoacoara, excelente lugar! Compartian con uds los dedos de momia?

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