miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un acercamiento al Pantanal Sul


El Pantanal no me había sonado ni de casualidad, sin embargo, después de unos días en Bonito, empezó a ser una realidad y estábamos muy cerca de él! 
Lo primero que hicimos fue buscarlo en nuestro mapa gigante de Brasil: ahí estaba, ocupando el centro de Sudamérica, con rayitas de punto cortitas que querían decir que ahí había mucha agua, pero que no era un lago. 
La expectativa de encontrar onzas, yacarés, osos hormigueros, boas y muchas aves, nos llevó hasta Miranda, “la puerta del Pantanal”. Una vez ahí nos dimos cuenta de que aunque Miranda esté en la entrada al Pantanal, ahí al Pantanal no se lo veía por ningún lado. Había que ir a alguna fazenda (un campo o hacienda para nosotros) para poder encontrarnos con él.


Pero lo primero con lo que nos encontramos fue con la cultura Pantanera: el orgullo de vivir en el pantanal y trabajar sus tierras (sí, el pantanal no es una laguna, ni está sumergido bajo agua), las costumbres culinarias; donde no faltan nunca platos que incluyan mucha carne, ya sea hervida o asada, los sombreros enormes, las botas y las historias sobre la onza pintada! 
Sin embargo la primera historia sobre la onza no fue una historia en la que se le tema a ese animal, sino más bien fue la historia que se nos contó sobre cómo se las cazó casi hasta la extinción. 
Claro, cómo no nos dimos cuenta antes: el Pantanal está lejos de ser un territorio salvaje, muy por el contrario, sus tierras están explotadas y ocupadas por muchas, muchísimas fazendas que producen gran parte del arroz que consume Brasil, gracias a los terrenos inundados que ofrece la zona. 
Entonces ¿que pasó con los animales salvajes, las onzas, los yacarés, las boas? Bueno, siguen estando, como han podido se han adaptado al medio ambiente de las plantaciones, algunos incluso compitiendo con el hombre. Visto así el hombre aparece como un predador terrible, destructor del medio ambiente y usurpador de la tierra, y que solamente es cuestión de tiempo para que de los animales del Pantanal no quede ni uno. Sin embargo los animales no se han extinguido, siguen tratando de adaptarse a su nuevo ambiente, en parte gracias a muchas personas que intentan conciliar la agricultura con la fauna local. 
Ese es el caso de Beth y de su familia, dueños de la Fazenda San Francisco que desde hace años promueven acciones de conservación de la fauna local, aún cuando han sido muy criticados por otros fazenderos acostumbrados a las formas tradicionales de cultivo. En su fazenda viven cerca de 8 onzas, que son monitoreadas para conocer sus costumbres y así poder modificar la forma de cultivo y crianza de animales para que la onca no se vuelva una amenaza para los fazenderos y ellos terminen cazándolas. También se apoyó la introducción de la Jaguatirica, que es un gato montés, mucho más adaptado a la convivencia con humanos y además ayuda a controlar la población de animales que antiguamente eran predados por las onzas y que se habián quedado sin un predador natural. 
Así Beth nos invitó a conocer la fazenda, hacer un paseo en en “chalana” y un avistaje de animales diurno y nocturno.

Foto: Fazenda San Francisco
En el paseo en chalana nos encontramos con un yacaré que de llama Lula y que está tan acostumbrado a las personas que cuando vió el barco se acercó para que lo pudiéramos alimentar. Pudimos pescar pirañas y ver como un águila colorada y un águila pescadora recogían peces del agua en vivo y en directo. 
En el avistaje nocturno, encontramos chanchos de monte caminando por las plantaciones de arroz, yacarés que viven en los canales de la plantación, una Jaguatirica hembra buscando una presa y hasta una boa cruzando un camino. Los guías de las excursiones nos explicaron todas las características y costumbres de cada uno de los animales que encontramos en el camino con una didáctica muy simple que nos hizo entender como entre todos hacen que el ecosistema funcione.

Foto: Mundo Animal
Quizás el Pantanal no era lo que imaginábamos, lo que las fotos de las publicidades nos vendieron, pero la realidad que encontramos también fue muy alentadora y nos mostró que no hace falta elegir entre progreso y preservación del medio ambiente.

No hay comentarios: